Porque lo público es diverso, como lo es la ciudadanía

Día Mundial del Refugiado, 20 de junio: Ninguna persona es ilegal

grupo de gente en una estación

Esta semana se celebra el Día Mundial del Refugiado, el 20 de junio, que busca reconocer la fuerza y ​​el coraje de las personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar para escapar de conflictos o persecuciones.

Consideramos que es necesario puntualizar que cuando hablamos de refugio, hablamos también de inmigración. Y no debemos olvidar que esto nos incluye a nosotros, inmigrantes indeseados en otros estados miembros de la Unión.

Nuestra historia es una historia tanto de emigración como de refugio, y es fundamental conocerla tanto para sentirnos parte de los procesos de movilidad humana como para comprender sus causas así como comprometernos con la garantía de los derechos humanos de todas las personas en cualquier lugar. De este modo, también podemos contribuir en la prevención de los discursos racistas y xenófobos que tan fácilmente prenden en tiempos de dificultades económicas como los actuales.

Es en los servicios públicos, donde nos encontramos y convivimos la ciudadanía, donde es necesario aclarar y explicar que ningún ser humano es ilegal y que detrás de cada persona que emigra o busca refugio, hay una historia que puede ser de dolor y desolación, pero también de esperanza de una nueva vida. Necesitamos una mirada que reconozca los procesos de movilidad humana, que asuma que son parte de la realidad y que por tanto se deben hacer con garantías y derechos y que nos ayuda a eliminar prejuicios y estereotipos sobre los mismos.

Al facilitad información de calidad y veraz, estaremos haciendo frente al racismo que es uno de los grandes desafíos de las sociedades actuales. Las consecuencias de la creación histórica del concepto de “raza” fue la creación de una teoría, a partir de la cual se fue desarrollando toda una propuesta pretendidamente científica que, sustentada sobre justificaciones biológicas, proclamaba la diferencia entre los diversos grupos humanos. A pesar de los esfuerzos posteriores para contrarrestar la falsedad de sus argumentos, el concepto de raza fue asumido por amplios sectores sociales, lo que permitió el desarrollo del racismo como doctrina.

Según datos aportados por la Comisión Europea, para la celebración del Mes Europeo de la Diversidad en 2021, más de mitad de la población europea, 59%, cree que la discriminación por razón del origen está muy extendida. En nuestro contexto cercano, el informe sobre “Percepción de la discriminación por origen racial o étnico por parte de sus potenciales víctimas” realizado por el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, señala que la discriminación ha crecido considerablemente en el de acceso a la vivienda y la educación. En concreto, la discriminación en el ámbito educativo, aumenta del 13% de 2013 al 20% en 2020.

El racismo es el desarrollo de ciertas ideologías, creencias y procesos de socialización que discriminan a las personas por su supuesta pertenencia a un grupo. Se trata, por tanto, de un conjunto de declaraciones que afirman la superioridad de unos grupos humanos sobre otros y que legitiman “unas prácticas sociales que refuerzan la distribución del poder entre grupos diferenciados por características físicas o culturas seleccionadas”. Es importante precisar que:

  • El racismo es un fenómeno moderno que surge históricamente como forma de dominación de determinados grupos sociales sobre otros, así como de justificación de los privilegios de los que ostentaban el poder en las esferas de la vida social, económica y política.
  • La aparición de la idea de “raza” está, desde sus inicios, fuertemente vinculada al mantenimiento de las desigualdades sociales y los límites que separan a los seres “inferiores” de los “superiores”.
  • El racismo no crea las desigualdades sino que la “desigualdad” crea las “razas humanas” mediante la ideología y la práctica racista.
  • Raza no es sólo un concepto de clasificación según rasgos biológicos sino que es, ante todo, un concepto sociocultural, elaborado con el fin de definir identidades, valorar a los otros e inducir a la autopercepción de determinados grupos humanos.
  • El concepto de raza no tiene ninguna base científica a pesar de que en determinados momentos históricos, la ciencia ha intentado encontrar bases objetivas que lo justificaran.
  • El racismo se produce por un proceso de socialización. En otras palabras, no es sólo una cuestión de actitudes y creencias sino que debemos tener en cuenta las estructuras sociales y económicas subyacentes.
  • Existe un fundamento económico en las posiciones racistas y xenófobas. Al ser un sistema de dominación, éste no cambiará sin que cambie la relación de desigualdad intragrupal. Hay que trabajar en la construcción de la sociedad civil y propugnar el cambio político y económico que sustenta las desigualdades.

Lamentablemente el concepto de raza y las prácticas racistas siguen presentes en nuestras sociedades, hoy ligadas a los procesos migratorios, a las personas racializadas y también a las refugiadas.

Como ya hemos mencionado, las investigaciones de las instituciones señalan que las ideologías abiertamente racistas tienen cada vez más acogida popular. En ese sentido, desde los servicios públicos junto con las autoridades públicas, europeas, a nivel nacional, y las territoriales en el caso de España, tenemos la obligación de no hacer demagogia con las migraciones y las personas refugiadas.

Es preciso avanzar hacia una sociedad donde los derechos sean de todos y todas, que nos sintamos concernidos cuando se lamine o desaparezca un derecho, aunque nunca, por la razón que sea, vayamos a hacer uso del mismo; igual que es preciso una conciencia social de lo colectivo y de lo público.

Rigor y responsabilidad es el mínimo exigible. Todos los días trabajamos para responder a la urgencia, garantizar el presente, preparar el futuro, afrontar las causas, y en el Día Mundial del Refugiado queremos insistir que nunca nadie debe cuestionar que ninguna persona es ilegal.

Debemos trabajar para transformar el prejuicio en información, el estigma en reconocimiento de las contribuciones, ya que todas las personas tenemos derecho a una vida en paz y con dignidad.